ARREBATO Nº 2
Me siento de nuevo junto a nuestra ventana. Hay un pequeño puente colgante que conduce a la casa de enfrente. Casi que puedo abrir la puerta del pasillo de esa otra mujer. El cristal es opaco, como ella. La casa es grande y la vida parece estar al otro lado, al que no me corresponde mirar. En la parte que queda en evidencia, no hay nada en las paredes, del techo cuelga una lámpara de araña y hay un sofá. Puedo escuchar el silencio desde aquí. La ventana se cierra de pronto y ya solo tengo derecho a imaginar, a traspasar ese cristal con la mente y construir una posibilidad. Es una casa de cuatro pisos, como la mía. En el primero, hace un tiempo, vivía una mujer que siempre estaba en bata, una bata azul de algodón. Un día todo desapareció, los muebles, la mujer con bata… El piso se quedó completamente vacío, unos hombres se lo llevaron todo, primero la ropa de cama y los enseres y después los muebles grandes. Al ver esta secuencia no pude evitar acordarme de aquella película de Hitchcock y todo se volvió extremadamente grave. Una semana después vi como un coche fúnebre se paraba en el portal de la misma casa, hice mis cábalas pero me equivoqué. La mujer de la bata azul salió del portal con la mujer opaca.