Noviembre-Madrid
03 de noviembre
Al final he cogido un taxi porque ir sola por la calle de noche todavía me da miedo. A veces pienso que no tengo derecho a eso porque ya no tengo edad para que ningún hijo de puta me quiera violar. Pero yo tengo miedo. Por eso lo cogí. También tengo que justificar en qué me gasto esa cantidad de dinero que no tengo. Tener miedo es una buena justificación. Después Madrid. Lo único que existió fue Madrid. El resto de cosas me hicieron sentirme feliz y estresada en un 75/25. Malasaña me engulló y me dejé. Me hizo muy feliz al 100% descubrir que la Plaza del 2 de Mayo sigue siendo la misma, incluido el 2D. El trayecto de vuelta fue por inercia. La ciudad va a una velocidad en la que yo ya no existo.
04 de noviembre
Desde el cielo te observo. Sigue Madrid ocupándome. Hoy un descubrimiento me ha llenado. Me ha hecho feliz la lucidez de un creador. Redescubierto. ¿Por qué no reírse de la vanguardia? ¿Hay algo más vanguardista que eso? Paseo entre toda esa gente y desaparezco. El yo desaparece. Lo veo profundo y necesario este encuentro y a la vez desencuentro. He visto demasiadas librerías o no las suficientes. Al final conecté más con el festival fin de curso de la periferia.
Yo ya no pertenezco a esta maraña.
05 de noviembre
Me desdibujo. Mi espíritu se esfuma entre estas cuatro paredes que son cada vez más estrechas, estrechas de miras. No logro integrar en mí hoy la satisfacción de la experiencia vivida con Eugene Barba y Julia Varley. Cuando regrese volverá lo vivido. Esta sensación de no ser yo puede servirme para recordar. Para guardarla en el catálogo de sensaciones/ emociones a transmitir. No saber decir NO provoca ansiedad. Y decir NO también. Pero es mejor decir que NO. Hay que transformar.